LA PINTURA A PARTIR DE LA II GUERRA MUNDIAL


A partir de la II Guerra Mundial, los artistas de todo el mundo han desempeñado un importantísimo papel en la creación de nuevos estilos o en el desarrollo de los ya existentes. Entre ellos se encuentran el expresionismo abstracto, el Op Art y el Pop Art, el fotorrealismo y el minimalismo.



Expresionismo abstracto
La presencia en Estados Unidos de muchos surrealistas europeos refugiados fue sin duda el catalizador en la creación del expresionismo abstracto, movimiento centrado en Nueva York entre las décadas de 1940 y 1950. Su investigación del inconsciente y de las técnicas basadas en el azar intrigó a Jackson Pollock, Willem de Kooning, Hans Hofmann y muchos otros. Estos artistas, partidarios del automatismo surrealista (una técnica similar a la escritura automática) y del expresionismo, practicaban la técnica conocida como Action Painting. En manos de Pollock, por ejemplo, implicaba derramar colores sobre lienzos de gran formato para crear al azar motivos abstractos. Otros expresionistas abstractos, como Mark Rothko y Barnett Newman, desarrollaron la Colour-Field Painting, aplicando sobre el lienzo grandes extensiones de color sutilmente modulado. En Argentina destaca Ronaldo de Juan, que más tarde optó por grandes cuadros de tonos grises. En Europa, se desarrolló en paralelo un movimiento denominado informalismo, que cuenta entre sus principales representantes a Jean Dubuffet, Hans Hartung, Antoni Tàpies y Manuel Millares, entre otros.
Nuevo realismo
Las irónicas imágenes del Pop Art ayudaron a despejar el camino para un renacimiento de la pintura realista. Los realistas que se destacaron en las décadas de 1970 y 1980 fueron aquellos que habían asumido algunos de los conceptos estéticos del arte abstracto. El foto realismo se basaba en la fotografía para conseguir un tipo de pintura realista impersonal, con detalles precisos, como en los meticulosos paisajes urbanos de Richard Estes. Los desnudos rigurosamente estructurados de Philip Pearlstein y las composiciones planas de Alex Katz y Wayne Thiebaud conferían también al realismo un tono frío y abstracto. Mientras tanto, en América Latina empezaban a brillar figuras como el ecuatoriano Oswaldo Guayasamín, que acude a las aristas pronunciadas y a la deformación para expresar a menudo un contenido político.

Nuevas tendencias abstractas
Después de la intensa subjetividad del expresionismo abstracto, la pintura abstracta se inclinó hacia una pureza formal más rigurosa e impersonal. La culminación de esta tendencia fue el minimalismo, en el cual la pintura se reducía a simples formas geométricas, motivos rítmicos o colores lisos

La pintura europea de la posguerra

Entre los pintores que destacaron después de la segunda Guerra Mundial se encontraba Jean Dubuffet y Karel Appel. En Gran Bretaña las agónicas figuras de Francis Bacon y los cuadros urbanos, llenos de lirismo, de David Hockney dan fe de la vitalidad de la pintura figurativa inglesa. En América Latina, el dibujante, pintor, moralista y escultor colombiano Fernando Botero empieza e exponer desde principios de la década de 1950. La factura ingeniosa de sus personajes obesos deja ver la influencia de los pintores italianos del quattrocento.



Neoexpresionismo
En la década de 1980 varios artistas jóvenes, europeos y americanos, se rebelaron contra la pureza formalista, impersonal y austera, de gran parte del arte abstracto. El resultado fue un resurgimiento de la pintura figurativa y narrativa llamado neoexpresionismo. Muchos de los seguidores de este movimiento evitaron la representación realista, empleando en su lugar pinceladas toscas y colores fuertes para plasmar sus visiones subjetivas, por lo general ambiguas y enigmáticas.


OLEO

El óleo se conoce desde la Edad Media y se aplicaba normalmente en combinación con la pintura al temple o al fresco. Esto se debía a la lentitud de su proceso de secado, que se aceleraba un tanto al combinarlo con otros materiales como el temple o la témpera. Normalmente servía para retocar los detalles de los grandes paneles realizados a toda velocidad sobre el yeso fresco. La gran innovación llega con la época de los primitivos flamencos, que revolucionan con sus investigaciones esta técnica. Los descubrimientos tuvieron mucho que ver con el desarrollo de la alquimia, que dio lugar a las modernas ciencias químicas. El avance consistió en combinar los óleos, que literalmente significan aceites, no sólo con los pigmentos minerales que ofrecen el colorido, sino con productos secantes que aceleren el acabado. El más extendido fue la linaza, aunque cada maestro y cada taller de pintura tenía su fórmula secreta que se transmitía oralmente de generación en generación. Los efectos que permite el óleo son, por una parte, realizar una composición de manera más lenta que al fresco, que ha de finalizarse diariamente. También permite trabajar sobre un conjunto inacabado, en lugar de por áreas concluidas en una sesión. La técnica posibilita los retoques, con lo que se podía variar composición, número de figuras, colores, etc. El detalle y la precisión aumentan con estos materiales. Y la profundidad de la escena aumenta mediante un efecto óptico, ya que el color permanece opaco bajo capas y capas de barnices traslúcidos que aumentan la resistencia del cuadro al paso del tiempo. El óleo puede ser utilizado sobre diversos soportes, lo que apenas varía su aspecto, pero sí la preparación de dicho soporte. Los materiales más usados como base para el óleo pueden ser la tabla de madera, especialmente desarrollada durante la pintura flamenca; el fresco, donde se aplica una vez seco el yeso para retocar los grandes fragmentos pintados a toda velocidad; y el lienzo que nos ocupa ahora, el sistema más extendido a partir del Barroco y prácticamente invariable hasta nuestros días. Su uso se generalizó de tal modo, que ha llegado a sustituirse por metonimia la palabra "cuadro" por "lienzo". Sólo el empleo ocasional de otros materiales como las láminas metálicas, o el empleo de nuevos materiales a partir del siglo XX, escapan a esta identificación de la pintura de la edad moderna con el óleo sobre lienzo.